La visión de la sostenibilidad que se soporta en el equilibrio de las actuaciones económicas y sociales frente al contexto natural en la búsqueda de su permanencia hacia el futuro en iguales condiciones o mejores que las que actualmente se sustentan, nos llevan a buscar estrategias de desarrollo que promuevan el crecimiento económico sin perjuicio de nuestro sistema ambiental.
La evolución de la visión de sostenibilidad desde la definición de la Comisión Bruntland ha derivado en nuevos enfoque con miras a viabilizar las posiciones del desarrollo económico necesario para el crecimiento y prosperidad de los países y la disminución de la miseria, problemática también causante de desequilibrios e insostenibilidad.
Los análisis frente al tema han permitido también comprender que el crecimiento económico entendido desde la racionalidad económica tradicional no necesariamente conlleva a la disminución de la pobreza, como tampoco que el crecimiento económico necesariamente implica degradación o agotamiento de los recursos ambientales.
La concepción de que la calidad ambiental es sinónimo también de crecimiento económico, al mejorar las condiciones de salud y ofrecer nuevas formas de empleo, permite entrar en un nuevo espacio de inclusión del medio ambiente como recurso económico. Adicionalmente, el trade off entre economía y medio ambiente, en donde desarrollo económico significa menor calidad ambiental se debate con la inclusión de cuentas ambientales dentro de los planes de desarrollo económico. No podría haber crecimiento económico sino existe medio ambiente en donde desarrollarlo; de manera, que el medio ambiente se convierte en un nuevo recurso de desarrollo o para el desarrollo.
Todos los proyectos económicos requieren de un contexto natural para su desarrollo o de recursos naturales como materia prima (agua, energía, suelo, aire o cualquier otro material). La optimización del desarrollo entonces depende de la optimización de la óptica ambiental, tanto en las cuentas ambientales como parte de los proyectos de desarrollo económico en donde los recursos naturales y su estabilidad deben estar en equilibrio, en función del gasto ambiental, considerando que de la permanencia o existencia de los recursos naturales depende la sostenibilidad económica.
Las concepciones globales relacionadas con el medio ambiente, promovidas desde los acuerdos internacionales concernientes al tema, pero también las evidencias de que las actuaciones irresponsables sobre el medio ambiente, el desdén en la administración del mismo directa o indirectamente al no solucionar los problemas ocasionados o derivados de la pobreza, imponen también la ecuación calidad ambiental igual a desarrollo sostenible. Las afectaciones ambientales son de carácter global independientemente del lugar de intervención.
De igual manera las visiones de macro-racionalidad del desarrollo económico abren un espacio de discusión e importancia de los asuntos ambientales como aspecto inherente al crecimiento económico por cuanto las problemáticas con visión global o macroracional como el endeudamiento externo de las naciones, el armamentismo y la pobreza urbana y rural, llevan implícito o afectan el componente ambiental. Las políticas de endeudamiento dependen de las tendencias de los sistemas económicos, lo cual afecta la destinación de los recursos particularmente cuando estos van destinados a proyectos de desarrollo sostenible; así mismo el armamentismo descuenta inversión a proyectos de desarrollo sostenible y además este, en sí mismo no es una política sostenible; la pobreza urbana y rural, tampoco lo es y depende de la inversión y de las políticas de endeudamiento internacionales.
La visión de sostenibilidad se conjuga en todos los asuntos, desde la perspectiva de capacidad de carga del ecosistema; esto nos lleva a pensar que la economía ambiental se antepone en todos los asuntos relacionados con la economía o al menos deben estar en equilibrio. Esta objetividad que impone lo ambiental en los temas económicos, conlleva una racionalidad de lo ambiental, así mismo la incidencia en el desarrollo de los problemas globales o visión macroracional de la economía comporta una macroracionalidad ambiental.